El deporte es un lenguaje común que cualquiera puede hablar, es una herramienta que une, que no conoce límites. Cualquiera puede jugar al baloncesto: dondequiera que haya una canasta, con cualquier balón, con o sin zapatillas, lo único que realmente cuenta es la motivación para saltar e ir a la canasta. El baloncesto no es sólo una competición, sino también una herramienta que puede utilizarse fácilmente para transmitir cultura, valores y habilidades. Slums Dunk es un error de pronunciación del término slam dunk donde slum significa barrio bajo. Slums Dunk pretende mejorar las condiciones de vida de los niños y jóvenes que viven en zonas económica y socialmente desfavorecidas de África.

En 2014 Slums Dunk construyó su primera cancha de baloncesto en el barrio marginal de Mathare, en Nairobi (Kenia). Se calcula que 95.000 personas viven en Mathare apretujadas en 1,5 km, el 50% de la población son jóvenes menores de 18 años que residen en condiciones de aislamiento con acceso limitado a servicios básicos como agua, electricidad y saneamiento. No hay ninguna otra cancha de baloncesto en toda la barriada. Slums Dunk ha puesto en marcha una escuela de minibasket en la que participan 100 niños, garantiza el acceso gratuito a la cancha de baloncesto y apoya la enseñanza de habilidades para la vida en 10 escuelas informales de la barriada de Mathare, con la participación de unos 1000 niños menores de 15 años. La idea de Slums Dunk es reproducir y ampliar las actividades en otras zonas degradadas de África.